EE.UU. alcanza la cifra récord de 100,000 víctimas por coronavirus.
Mientras Donald Trump jugaba golf en el “Memorial Day” la población de Estados Unidos se debatía entre la espada y la pared. Nerón tocaba la flauta mientras ardía Roma…
Este martes 26 de mayo de 2020 entre el asombro de la humanidad y los comentarios sarcásticos del hombre más poderoso del planeta, los Estados Unidos alcanzaban la cifra récord de 100,000 víctimas fatales a causa del coronavirus con un total de 1.7 millones de infectados.
El caso de EE.UU. es significativo porque mientras China se debatía a capa y espada con el virus aun en enero de este año el gobierno de EE.UU. optaba por ignorar las advertencias de los expertos y jugaba a la ruleta Rusa con lo que terminaría causando la peor crisis económica mundial de los últimos 100 años y la peor en EE.UU. desde la gran depresión de los años 20.
Y es que a las grandes potencias hay que entenderlas como tal, como potencias militares y económicas: Estados Unidos no quiso suspender la economía más grande del mundo por miedo a perder su puesto hegemónico en el ajedrez mundial ya que esto le costaría caro a la economía de más de 300 millones de habitantes.
Boris Johnson y Reino Unido
Por su lado, Boris Johnson, el primer ministro británico tampoco quiso hacer caso de las advertencias de los expertos y Reino Unido actualmente está transitando el mismo calvario precedido por Estados Unidos: el día de hoy alcanzan los 37,000 fallecidos con el no tan envidiable mote de ser la nación europea con más víctimas fatales, sobrepasando a Italia y España.
En Estados Unidos los medios de comunicación más respetados han sido muy críticos con la política oficial del gobierno que ha tratado de ocultar su ineptitud e irresponsabilidad queriendo crear un chivo expiatorio de China tergiversando los hechos y sugiriendo que este virus pudo ser una especie de arma bioquímica creada en el laboratorio de Wuhan para atacar e EE.UU. como retaliación por las políticas exageradamente nacionalistas de los americanos que han creado fuertes disputas comerciales con la segunda potencia económica del mundo.
¿El inicio de una nueva guerra fría?
Apenas anteayer el ministro de relaciones exteriores de china, Wang Yi, advirtió a Estados Unidos sobre la posibilidad de empezar otra “guerra fría” entre ambas potencias. La diplomacia china ha optado por conducirse con cautela y estoicismo para no despertar mucho celo ya que la comunidad internacional ha puesto en duda la agilidad inicial de China cuando el virus era solo un brote.
En una comparecencia ante periodistas, el canciller sostuvo que las “conspiraciones y mentiras” sobre el coivd-19 que se difunden desde Estados Unidos están aumentando preocupantemente las tensiones entre las dos naciones.
fuente: BBC.com
China y los murciélagos en la sopa
Está más que demostrado que el virus no es una creación artificial ni un cruce con el virus del sida. Los expertos de todo el mundo indican que se trata de una zoonosis: el virus debió originarse posiblemente en un murciélago y pasar a un huésped intermedio el cual pudo aparecer en el mercado de animales exóticos de Wuhan y de este pasar finalmente a la primera víctima humana quizás en septiembre de 2019.
¿Y cuando llegará la vacuna?
Las compañías farmacéuticas de todo el mundo están en una carrera a contrareloj tratando de encontrar una vacuna que pueda prevenir la infección del coronavirus, sea preparando al cuerpo humano con anticuerpos específicos contra “este” virus (el camino más largo) o extrayendo parte del virus y programarnos para atacar solo una parte del virus, por ejemplo, las proteínas que se mezclan con la superficie de las células y penetran en su interior (el camino más corto).
De todas formas, no parece humanamente posible que tengamos una vacuna para el 2020 y hay quienes opinan que quizá tampoco para el próximo año y es que luchar contra un virus nuevo no es cosa fácil. De por sí, los virus son más difíciles de matar que otros microorganismos, como los hongos o bacterias por una simple razón: es que no están vivos. Los virus no se multiplican, no crecen no se alimentan y no tienen otras funciones vitales que puedan describirles como “seres vivientes”. Los virus simplemente tienen la habilidad de penetrar en una célula e inyectar su código genético en el núcleo de esta; de ahí en adelante todo el trabajo lo realizan nuestra propias células: reproducir las partes del virus que se acoplarán en el interior de estas y que terminarán destruyéndolas. Esto hace de los virus un tipo de “ser” especialmente difícil de tratar.
El desarrollo de una vacuna se lleva de 10 a 15 años. Solo hay que recordar los estragos causados desde la década de los 80 por el virus del VIH causante del SIDA que ha cobrado la vida de más de 32 millones de personas e infectado a más de 75 millones en todo el mundo y todavía no hay una vacuna definitiva que pueda impedir la infección o curar a un enfermo de VIH/SIDA.
Nos dijeron que una vacuna contra el SIDA podría tardar dos años en desarrollarse. Eso fue en 1984, y todavía estamos esperando.
Gregg Gonsalves
Cloroquina: el mesías que no fue
A falta de pan, casabe. La falta de una vacuna ha puesto a los médicos y científicos de todo el mundo a buscar por todas partes soluciones a esta pandemia probando con medicinas ya existentes a ver si por intento y error se consigue algo que al menos ralentice la expansión del virus o disminuya su mortalidad; un candidato que al principio fue muy promisorio fue la cloroquina o hidroxicloroquina (derivada de la primera). Este alcaloide, derivado de la quinina y esta última aislada de la corteza del árbol de la quina en Perú en el siglo XVII se utilizó con éxito para tratar la malaria.
La quinina corta el ciclo de vida del parásito de la malaria y le impide infectar otros glóbulos rojos, que es donde se alimenta y reproduce
Dionicia Gamboa, PhD en enfermedades tropicales de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
Pero resulta que la hidroxicloroquina no ha llenado las expectativas sino que usada junto con azitromicina, un antibiótico de amplio espectro, ha creado más problemas que soluciones: solo en Estados Unidos se han reportado más de 500 muertes por problemas cardíacos asociados directamente a la administración de estos componentes.
Por si fuera poco, un estudio observacional con más de 96 000 pacientes publicado hoy en The Lancet no solo no encontró beneficios en el uso de estos fármacos, sino que parece que el riesgo de arritmia y muerte es mayor en aquellos tratados con hidroxicloroquina.
Portafolio.com
… la FDA ha notificado cerca de 500 casos de paros cardíacos sospechosos de estar provocados por la administración individual de cloroquina, hidroxicloroquina, lopinavir/ritonavir y azitromicina.
Portafolio.com
Finalmente es meritorio hacer notar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha detenido los ensayos con hidroxicloroquina para el tratamiento del SARS-covid-2 no solo por la falta de efectividad sino por los efectos negativos que acarrea este medicamento antipalúdico.
Nueva York, peor que Europa
En Nueva York el virus se ha propagado como la pólvora, solo este estado de la Unión Americana cuenta más de 370,000 infectados con más de 29,000 fallecidos por covid-2. Compárese esto con los 11,000 fallecidos en Nueva Jersey o con los 3,800 de California y no será difícil pensar que en este estado ha ocurrido una verdadera tragedia. Con 19.45 millones de habitantes (al 2019) el estado de Nueva York presentaba una tasa de mortandad más del triple que la de toda Alemania (con 83.7 millones de habitantes y 8,498 fallecidos)
Conclusión: El fin del confinamiento y el inicio de otro apocalipsis
Donald Trump aceptó el consejo de los expertos de boca de Anthoni Fauci a regañadientes, desde el inicio estaba renuente a cerrar al país porque a decir verdad las consecuencias sobre la economía serían devastadoras. Después de cinco meses de pandemia y con un horizonte apocalíptico hemos podido constatar que los que actuaron demasiado lentos ante la amenaza del coronavirus no fueron (solo) los chinos, sino los europeos y los norteamericanos. Queriendo mantener la economía estable optaron por esperar que las cosas mejoraran solas y la pandemia nos sorprendió desnudos y desarmados. Ahora, después de una lucha feroz contra los gobernadores de la mayoría de los estados, Donald Trump consigue eliminar el confinamiento y reabrir la economía a expensas de que las víctimas del covi-19 se dispare a niveles impensables para la mayoría de los mortales. Trump sugirió administrar desinfectante a los infectados, lo que provocó otra epidemia de casos esta vez por intoxicación en muchos casos en personas que ni siquiera estaban enfermos. En conclusión, el mundo tiene un líder que no sabe qué hacer, no sabe qué decir y que sigue contando con su carácter intransigente y su posición de líder para explotar un carisma ya inexistente que se comporta más como un niño emperador que como un líder sabio que escucha a los demás.